En Urdesa Central, uno de los barrios más tradicionales de Guayaquil, la vegetación y el sentido de pertenencia han vuelto a brotar con fuerza. Lo que hace unas semanas eran espacios deteriorados, hoy lucen renovados y llenos de vida gracias a una jornada de limpieza y recuperación urbana que congregó al Municipio y a la comunidad en un mismo propósito: rescatar el entorno.
En total, fueron 15 los espacios públicos intervenidos durante la decimocuarta jornada de recuperación comunitaria del año, organizada por la Empresa Pública Parques EP con el respaldo activo de los moradores. La acción no solo implicó el desbroce de maleza y la poda de árboles que representaban riesgos eléctricos, sino que también transformó el ambiente del sector en un espacio más seguro y habitable.
Uno de los puntos más impactados fue el cruce de las calles Dátiles y Tercera, donde las ramas de los árboles amenazaban con dañar el tendido eléctrico y de telefonía. Similar atención recibieron tramos de la avenida Víctor Emilio Estrada, reforzando la prevención de incidentes y mejorando la visibilidad y movilidad en la zona.
A la jornada se sumaron múltiples direcciones municipales —Protección de los Derechos de los Animales, Aseo Cantonal, Salud, Ambiente, Segura EP, Circular EP, Fundación Siglo XXI y Urvaseo— que, con un enfoque integral, atendieron diversas necesidades de los vecinos. El parque El Cigarro, ubicado en la calle Mirtos, se convirtió en un pequeño centro de servicios móviles: desde atención médica veterinaria con desparasitación gratuita hasta actividades ambientales para niños.

Adrián Zambrano, gerente de Parques EP, resaltó el alcance del operativo: “Esta intervención la hacemos todos los sábados. La ciudadanía empieza a reconocer estas jornadas como parte de una cultura de corresponsabilidad”.
Los vecinos no tardaron en expresar su gratitud y compromiso. “La verdad nos han atendido muy bien. A los residentes les digo: hay que unirse a esta iniciativa. No botar basura, regar las plantas, también es responsabilidad nuestra”, comentó Adriana Cordero, quien vive en el sector desde hace más de dos décadas.
El renacer verde de Urdesa Central es hoy una muestra palpable de lo que puede lograrse cuando las instituciones públicas y la ciudadanía se alinean con un objetivo común: construir una ciudad más limpia, segura y humana.