En un entorno tecnológico en constante evolución, las empresas del sector de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) enfrentan un desafío crucial: la búsqueda y formación de talento humano versátil. Este reto se vuelve aún más significativo a medida que el sector continúa creciendo, como lo destacó el ministro TIC, Mauricio Lizcano, en la reciente conferencia «El Sector TIC en la Reactivación Económica». Según Lizcano, el sector TIC representó el 3,5% del PIB nacional en 2023, pero este crecimiento ha revelado una alarmante brecha en el talento digital.
La Dra. Adelaide Bianchini, Directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), subraya la importancia de conformar equipos capaces de satisfacer las exigencias del sector. “La gestión de proyectos tecnológicos requiere profesionales con competencias que abarcan desde la tecno-estructura hasta la tecno-cultura”, explica.
La «tecno-estructura» se refiere a los elementos tangibles de un proyecto tecnológico, como software y hardware, mientras que la «tecno-cultura» implica el uso adecuado de esos recursos. Esta dualidad es esencial en un contexto donde emergen nuevas tecnologías y modelos de negocio, así como evoluciones en las interacciones entre empresas, empleados y gobiernos.
Un aspecto fundamental en la formación de equipos es la distinción entre multidisciplinariedad e interdisciplinariedad. La Dra. Bianchini aclara que, aunque a menudo se usan como sinónimos, tienen significados diferentes. La multidisciplinariedad implica que especialistas de distintas disciplinas trabajen en un proyecto de manera individual, mientras que la interdisciplinariedad fomenta la integración y cooperación de diversas disciplinas para lograr un resultado que trascienda los límites de cada área. “Optar por la interdisciplinariedad es más productivo para confrontar opiniones”, señala la experta.
Para fomentar esta colaboración, las organizaciones deben adoptar plataformas que faciliten el trabajo en equipo, especialmente en un contexto donde los miembros pueden estar dispersos geográficamente y tener horarios distintos. “Una plataforma de colaboración permite compartir información, almacenar y recuperar documentos de manera eficaz, facilitando la comunicación y el intercambio de ideas”, añade la Dra. Bianchini.
Este enfoque no solo es relevante para las empresas que ya operan en América Latina, sino también para aquellas que buscan establecerse en la región. La diversidad de pensamiento y la colaboración interdisciplinaria son principios que pueden impulsar la innovación en un continente en constante transformación.
A medida que el sector TIC continúa expandiéndose, la formación de talento humano se convierte en un pilar esencial para garantizar el éxito de las empresas. Con un enfoque en la interdisciplinariedad y la colaboración, las organizaciones pueden no solo cerrar la brecha de talento digital, sino también construir equipos capaces de enfrentar los desafíos del futuro tecnológico. La clave está en reconocer que el verdadero potencial radica en la integración de diversas habilidades y perspectivas, lo que permitirá a las empresas no solo adaptarse, sino también liderar en un mundo en constante cambio.
