La Planta La Toma, responsable de abastecer de agua potable a más de 3 millones de habitantes de Guayaquil y sus alrededores, enfrenta un panorama complicado ante el apagón anunciado por el Gobierno Nacional. Según Ilfn Florsheim, vocera de la concesionaria Interagua, la planta requiere 19 megavatios de energía para operar, un consumo que la coloca entre los 10 mayores consumidores de electricidad en Ecuador.
“La Planta La Toma produce 1,2 millones de metros cúbicos de agua al día, por lo que no existen generadores que puedan abastecer esa capacidad de energía”, explicó Florsheim, subrayando la diferencia en magnitud con otras plantas más pequeñas, como las embotelladoras de agua, que apenas necesitan entre 5.000 y 10.000 metros cúbicos de agua diarios.
La planta cuenta con una línea de abastecimiento del Sistema Nacional Interconectado para garantizar una producción continua, y tiene el respaldo de otras dos líneas eléctricas en caso de fallos en la principal. Sin embargo, durante el apagón programado, ninguna de estas líneas estará operativa, lo que interrumpirá el suministro eléctrico y, en consecuencia, el funcionamiento de la planta.
En situaciones similares, La Toma ha podido mantener el suministro de agua potable a la ciudad durante aproximadamente tres horas después del corte de energía. Sin embargo, pasada esa ventana, el sistema queda inactivo hasta que se restablezca el servicio eléctrico. «Una vez que llega la energía, se energizan las estaciones de bombeo, lo que permite recoger agua del río y reiniciar el proceso de producción», agregó Florsheim.
La recuperación del servicio de agua no será inmediata para todas las áreas de la ciudad. Zonas altas como los cerros o lugares alejados como Progreso y Nueva Prosperina experimentarán un retraso en el restablecimiento debido a la necesidad de realizar rebombeos especiales y eliminar el aire de las tuberías.
Plan de contingencia para mitigar el impacto
Como parte del plan de contingencia de Interagua, se ha dispuesto el uso de tanqueros de agua potable para abastecer a centros de salud durante el apagón. Además, una vez que el servicio sea restablecido, los tanqueros también distribuirán agua en los sectores más alejados o de difícil acceso, como Vía a la Costa, Progreso y Nueva Prosperina, donde la recuperación del suministro puede tardar más tiempo.
Este plan busca minimizar el impacto del apagón en el acceso al agua potable en la ciudad, particularmente en las áreas más vulnerables y de mayor complejidad geográfica.
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