La revolución digital está transformando el panorama empresarial, y liderar en esta nueva era requiere más que experiencia o autoridad. Según un estudio de la International Data Corporation (IDC), el 40% de las empresas ecuatorianas planean implementar herramientas de automatización basadas en inteligencia artificial (IA) para el 2025, lo que subraya la creciente importancia de la innovación y la adaptabilidad en la gestión empresarial.
Industria 4.0: Un cambio de paradigma
El Doctor Diego Apolo Buenaño, docente de Broward International University (BIU), destaca que la automatización y la industria 4.0 están redefiniendo la forma en que las empresas operan. “La era digital ha cambiado las prácticas sociales, culturales y económicas, situando a las sociedades en un punto de inflexión”, afirma. Para Buenaño, la clave no radica únicamente en la recopilación de datos, sino en la «sabiduría», entendida como la capacidad de tomar decisiones informadas a partir del análisis integral de esos datos.
La eficiencia y eficacia se han convertido en prioridades fundamentales, y las empresas deben adoptar tecnologías y metodologías ágiles que abarcan desde la computación en la nube hasta la transformación digital. Esto implica un enfoque en la optimización de procesos y la mejora continua.

La automatización como ventaja competitiva
Uno de los principales retos que enfrentan los líderes no es solo la inversión en infraestructura, sino la gestión del cambio. Buenaño enfatiza que antes de centrarse en los costos o en nuevas herramientas, es crucial analizar los factores tangibles e intangibles que afectan la adopción y sostenibilidad de la automatización.
Además, potenciar la alfabetización tecnológica, la ética y la responsabilidad se han convertido en elementos clave para los trabajos del futuro. Crear entornos laborales que prioricen el “salario emocional” y fomenten la cooperación interdisciplinaria es esencial para atraer y retener talento.
Comprendiendo el impacto de la automatización
Para que la automatización sea un verdadero aliado en el ecosistema empresarial, Buenaño subraya que no es suficiente con integrarla; es fundamental comprender su impacto en los procesos sociales y culturales. “El uso intensivo de tecnología no garantiza la mejora de prácticas operacionales. Muchos proyectos tecnológicos fracasan no por su diseño, sino por la falta de apropiación significativa por parte de todos los actores involucrados”, explica.
La habilidad de adaptación y cooperación se convierte en la piedra angular de cualquier institución en este contexto. Los líderes deben actuar como mentores, promoviendo un sentido de propósito en sus equipos y estableciendo objetivos a corto, mediano y largo plazo.