La violencia de género sigue siendo un problema grave en Latinoamérica. Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de CEPAL, en 2022, alrededor de 4.050 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países de la región. Sin embargo, esta cifra no refleja la totalidad del problema, ya que no se incluyen las mujeres que sufren violencia física o psicológica en el hogar, un fenómeno cotidiano que afecta no solo a ellas, sino también a los niños del entorno familiar.
La exposición a la violencia de género en el hogar tiene graves consecuencias psicológicas y emocionales en los niños. Según Helena Aparicio Sanmartín, docente del Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género de la Universidad Internacional de Valencia, los niños que presencian violencia de género en su entorno familiar sufren efectos psicológicos profundos y duraderos, como miedo, ansiedad, confusión y sentimientos de inseguridad.
Además, los niños pueden desarrollar problemas de carácter emocional, como tristeza profunda, desánimo, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban, cambios en el apetito y el sueño, pensamientos negativos sobre su persona y el mundo que les rodea, y, en casos graves, incluso pensamientos suicidas.
Otros entornos
La violencia de género en el hogar no se queda confinada entre sus paredes; se extiende a otros entornos, como la escuela y la comunidad. En la escuela, los niños expuestos pueden enfrentar dificultades para concentrarse debido al estrés emocional y la preocupación por la seguridad de sus madres, lo que puede traducirse en un bajo rendimiento académico y comportamientos disruptivos.
Es importante que las escuelas y las comunidades proporcionen apoyo y recursos adecuados a los niños y las niñas que están expuestos/as a la violencia de género en el hogar. Esto incluye servicios de asesoramiento escolar, grupos de apoyo, formación y capacitación para el profesorado y personal escolar sobre cómo identificar y apoyar a los niños y a las niñas en riesgo, y programas de educación para prevenir la violencia de género y fomentar relaciones saludables.
La exposición a la violencia de género deja una huella profunda en la infancia, afectando no solo su presente, sino también su futuro. Es responsabilidad de nuestra sociedad trabajar en conjunto para brindar el apoyo necesario y crear un mundo donde todos los niños puedan crecer libres de la sombra de la violencia.