En el marco del Mes de las Artes, la Terminal Terrestre de Guayaquil fue escenario de una jornada especial que rindió homenaje a uno de los símbolos más queridos de la ciudad: «Juan Pueblo». El sábado 17 de agosto, en el primer piso del Centro Comercial Terminal, 31 niños de entre 8 y 12 años participaron en un concurso de dibujo que tuvo como objetivo rescatar la imagen del icónico personaje guayaquileño.
La actividad forma parte de la XVI edición de “Ponle Pinta a Guayaquil”, una iniciativa de la Dirección de Patrimonio Cultural del Municipio de Guayaquil. Este proyecto busca incentivar la creatividad en los más jóvenes, fomentando su acercamiento al arte y a la memoria histórica de la ciudad. En esta ocasión, el concurso de dibujo ofreció un espacio lúdico y educativo para que los niños se expresaran libremente a través del arte, utilizando diversas técnicas y materiales.
El evento fue un reflejo del espíritu comunitario que caracteriza a las iniciativas culturales del Municipio, impulsadas por la administración del alcalde Aquiles Alvarez. Las mesas y sillas dispuestas para los participantes fueron testigos de la creatividad infantil en su máxima expresión. Bajo el lema de creatividad e innovación, los niños plasmaron su visión de «Juan Pueblo», una figura cargada de historia y significado para la urbe porteña.
El ganador del concurso fue Matheo Mera, de 12 años, quien cautivó al jurado con una impresionante acuarela realizada con plumilla. Su obra destacó por representar a Juan Pueblo acompañado de íconos turísticos de Guayaquil, como el faro del cerro Santa Ana y las esculturas del mono y el guacamayo, símbolos emblemáticos de la ciudad.
Además del reconocimiento al talento de los jóvenes artistas, todos los participantes recibieron cupones de consumo en el Centro Comercial Terminal. Sin embargo, lo más valioso fue la experiencia compartida, en la que el arte se convirtió en una herramienta para reconstruir el tejido social y fortalecer los lazos comunitarios.
Carlos Asanza Colmont, gerente general de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil, resaltó la importancia de este tipo de iniciativas para la ciudad. «Nuestra Fundación procura la creación de espacios artísticos y promueve el bienestar de su comunidad. Para nosotros es un orgullo promover el arte en nuestras instalaciones porque sabemos que esto tiene un impacto positivo a nivel social y cultural», expresó Asanza, subrayando el compromiso de la Terminal con el fomento del arte y la cultura en Guayaquil.
Este evento no solo fue una plataforma para la expresión artística de los niños, sino también una muestra del poder transformador del arte en la vida urbana. La terminal terrestre, uno de los centros neurálgicos de la ciudad, se convirtió por un día en un espacio donde la cultura y la historia de Guayaquil fueron revalorizadas, proyectando un mensaje de identidad y esperanza para las nuevas generaciones.