En una iniciativa conjunta, el Municipio de Guayaquil, junto con la Gerencia de Gestión de Riesgos de Segura EP, la junta parroquial de Posorja y la Fundación Red de Nutrición Infantil (REDNI), entregó 133 filtros de agua Sawyer a mujeres con carga familiar y madres embarazadas en Posorja, una de las áreas más afectadas por la temporada invernal.
Los filtros Sawyer, conocidos por su capacidad para purificar el agua eliminando bacterias, protozoos, quistes, sedimentos y otros contaminantes, son una respuesta directa a las necesidades urgentes de acceso a agua potable segura para el consumo humano, especialmente en tiempos de crisis.
La vicealcaldesa Blanca López destacó que la donación de estos filtros por parte de REDNI, una fundación comprometida con la lucha contra la desnutrición crónica infantil, es un paso crucial para mitigar los efectos de las emergencias causadas por las lluvias y la contaminación del trasvase en Chongón – Daular – Cerecita. “Estamos coordinando esfuerzos para asegurar que nuestras madres y niños puedan tener acceso a agua limpia, un recurso vital para su salud y bienestar”, afirmó López.
Desde el primer día de emergencia, el Municipio ha estado activo en las parroquias rurales, no solo con la entrega de filtros sino también con brigadas médicas y veterinarias, y la distribución de kits de alimentos para las familias afectadas.
El concejal Manuel Romero señaló que Segura EP ha sido fundamental en la coordinación de intervenciones en el territorio, trabajando para extender la ayuda a 300 familias en diferentes comunidades, incluyendo El Morro, Juan Gómez Rendón, San Lorenzo del Mate y Sabana Grande. Además, se han desplegado brigadas de fumigación en Posorja para mejorar las condiciones sanitarias.
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Mady Cagua, una madre de familia del sector de Playas 2, expresó su gratitud hacia la Alcaldía por no olvidarse de su comunidad. “Con este filtro, podemos asegurarnos de que nuestros niños consuman agua limpia, lo cual es esencial para su desarrollo y salud”, dijo Cagua.
Este esfuerzo coordinado entre el gobierno local y organizaciones no gubernamentales refleja un compromiso firme con la salud pública y la resiliencia comunitaria frente a los desafíos naturales y ambientales.
