El sur de Guayaquil recupera un espacio emblemático. En octubre, tras casi cinco años de abandono, el Parque Viernes Santo reabrirá transformado en el Polifuncional DASE Viernes Santo, un proyecto municipal desarrollado con el acompañamiento de Naciones Unidas. Más de 60 mil habitantes de sectores como Guasmo Oeste y Los Esteros serán los principales beneficiados de esta iniciativa que busca devolver al barrio un punto de encuentro para el deporte, la salud y la vida comunitaria.
El deterioro del parque, agravado por la inseguridad y la falta de mantenimiento, había dejado a la zona sin un espacio de recreación. Bajo la administración del alcalde Aquiles Alvarez, el Municipio levantó un inventario de daños y puso en marcha un plan integral de regeneración, basado en un modelo de gestión comunitaria diseñado junto al PNUD, ONU Mujeres y la UNODC. La estrategia, aplicada con éxito en los polifuncionales de Sergio Toral y Puerto Lisa, combina infraestructura renovada, liderazgo barrial y oportunidades de empleo local.
El nuevo polifuncional contará con tres ejes principales. En el parque acuático se rehabilitaron piscinas y máquinas de ejercicio; además, funcionarán servicios de atención psicológica primaria para casos de violencia intrafamiliar, programas de desintoxicación con derivación a centros municipales, talleres de capacitación técnica y un tráiler permanente de la Dirección ProAnimal.

Mientras que el complejo deportivo incluirá una escuela de boxeo con dos cuadriláteros y, posteriormente, canchas de fútbol con césped sintético.
Vecinos y dirigentes celebran la recuperación del espacio. “Aquí hay muchos jóvenes que tienen talento, pero por la delincuencia se han alejado. Esto ayudará a recuperar a la juventud, a darle un camino de educación y deporte”, afirmó Óscar Rivera, líder comunitario. Karina Lino, otra moradora, destacó la expectativa que genera la reapertura: “Queremos aire puro, sentarnos con nuestros hijos y nietos, conversar y ver a nuestros niños correr”.
El Polifuncional DASE Viernes Santo se suma así a la red de espacios regenerados que impulsan la cooperación entre Municipio, comunidad y organismos internacionales. Su reapertura simboliza no solo la recuperación de un parque, sino también un esfuerzo colectivo por transformar sectores históricamente olvidados de Guayaquil.