Guayaquil está dando pasos firmes hacia un futuro más sostenible gracias a la reciente puesta en marcha de la planta de tratamiento de aguas residuales Las Esclusas y a la construcción de la ambiciosa planta Los Merinos. Ambas infraestructuras no solo mejoran la calidad del agua y la salud pública, sino que también juegan un papel crucial en la protección del medio ambiente.
Las Esclusas: Un modelo de innovación y sostenibilidad
Desde su inauguración, la planta Las Esclusas, que beneficia a más de 1.1 millones de habitantes en diversas parroquias de Guayaquil, ha mejorado el acceso a servicios de saneamiento, contribuyendo a la salud pública y la calidad del agua en la región. Su capacidad de tratamiento de hasta 7.26 metros cúbicos por segundo es acompañada por el uso de tecnología avanzada, como la digestión anaerobia de lodos que genera biogás, permitiendo que la planta opere en un 90% con energía renovable.
Las Esclusas también destaca por su compromiso con el ecosistema acuático. Cumpliendo con estrictas normativas ambientales, la planta utiliza un emisario subfluvial de 419 metros para la descarga de aguas tratadas, asegurando que no se liberen sedimentos ni olores al río Guayas. Además, un sistema de biofiltros trata 26,400 metros cúbicos de gases por hora, contribuyendo a la reducción de la contaminación y la preservación de la biodiversidad local.
Los Merinos: Una apuesta por el futuro
Mientras Las Esclusas ya está operativa, la planta Los Merinos, que se espera entre en funcionamiento en el 2026, promete ser una de las infraestructuras más modernas de Ecuador. Con una capacidad de tratamiento máxima de 7.90 metros cúbicos por segundo, beneficiará a 1.5 millones de habitantes en las parroquias Tarqui y Pascuales. Su diseño ingenieril permitirá recoger y depurar aguas residuales de diversas cuencas, lo que mejorará significativamente la calidad del agua del río Daule.
Los Merinos incorporará tecnologías de punta, como el Tratamiento Primario Químicamente Mejorado (CEPT) y sistemas de cogeneración de energía, asegurando no solo la eficiencia en el tratamiento de aguas, sino también el control de olores y la reutilización del agua tratada. Estas innovaciones reflejan un fuerte enfoque en la sostenibilidad, clave para mitigar el impacto ambiental.
Compromisos que trascienden inversiones
Ambas plantas son el resultado de una inversión significativa, con Las Esclusas respaldada por $205 millones financiados por el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones. Esta financiación a largo plazo y con tasas de interés accesibles demuestra un compromiso sólido con el desarrollo sostenible en Guayaquil. Además, se están realizando proyectos complementarios para rehabilitar redes de alcantarillado y mejorar la infraestructura necesaria para un sistema de saneamiento eficiente.
En resumen, Las Esclusas y Los Merinos no solo representan avances en la gestión del agua en Guayaquil, sino que también son ejemplos de cómo la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano en la construcción de un futuro más limpio y saludable. Con estas iniciativas, la ciudad se posiciona como un referente en la región en materia de tratamiento de aguas residuales y protección del medio ambiente.