Un reciente informe de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia Global y Cambio Social, publicado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU) y la Fundación NED, revela una alarmante escasez de neurocirujanos en el mundo. Cada año, alrededor de 22,6 millones de personas padecen trastornos neurológicos, de los cuales casi 14 millones requieren cirugía. Sin embargo, más de 5 millones de pacientes no reciben tratamiento debido a la falta de especialistas capacitados.
El informe destaca que los países de bajos recursos cuentan con una media de solo 1.5 neurocirujanos por millón de habitantes, en comparación con los 36.1 que existen en los países de renta alta. África es la región más afectada, soportando el 15% de la carga global de enfermedades neuroquirúrgicas, pero con la menor densidad de especialistas en el mundo, con apenas 0.3 neurocirujanos por cada millón de habitantes. América Latina también enfrenta desafíos similares, con países como Colombia, Ecuador y Perú aún por debajo de la cifra ideal de profesionales en esta especialidad.
Para hacer frente a esta crisis, el informe identifica más de 15 iniciativas exitosas para la formación de neurocirujanos en sus países de origen, evitando la fuga de talento. Estas incluyen programas de mentoría, simulación quirúrgica y formación a distancia mediante plataformas digitales. Los especialistas enfatizan que la tecnología y la educación deben ser aliadas para cerrar la brecha en la atención neuroquirúrgica y garantizar un acceso equitativo a los tratamientos.
El Dr. Jose Piquer Belloch, presidente de la Fundación NED, ha liderado esfuerzos en África del Este para capacitar neurocirujanos y establecer centros especializados. Según los autores del informe, es crucial diseñar estrategias educativas flexibles y adaptadas a los diferentes contextos socioeconómicos para formar especialistas en sus propias comunidades y responder a la creciente demanda de atención neuroquirúrgica.
Las cifras muestran la urgencia del problema: se necesitan al menos 23,000 neurocirujanos adicionales en el mundo para atender a todos los pacientes que hoy quedan sin tratamiento. Detrás de estas estadísticas hay miles de personas con traumatismos cerebrales, accidentes cerebrovasculares, tumores e hidrocefalia que no pueden acceder a cirugías esenciales. La formación de neurocirujanos no solo es un tema de desarrollo profesional, sino una necesidad urgente para garantizar el derecho fundamental a la salud.