La cantante Fresia Raquel Saavedra Gómez, conocida como «La señora del Pasillo», falleció el jueves 18 de julio de 2024 a la edad de 90 años. Su impacto y legado en la música ecuatoriana y en la formación de nuevas generaciones perduran a través del Centro de Difusión “Nicasio Safadi”, ubicado en el edificio El Astillero.
Desde 2008, Fresia Saavedra impartió clases de canto en este centro, que antiguamente funcionaba como la Escuela del Pasillo, formando parte de la Dirección de Patrimonio Cultural del Municipio de Guayaquil. Durante sus 16 años de servicio en el centro, Saavedra inculcó a sus alumnos una profunda comprensión del arte del canto, enfatizando que “el cantar no solo es decir yo canto; es saber cantar, transmitir al público, porque unos pueden cantar precioso, afinados, pero no llegan, no transmiten lo que está diciendo”.
La carrera de Saavedra no solo se limitó al centro Nicasio Safadi. Su trayectoria como docente se extendió por 45 años, enseñando en escuelas municipales y fiscales, dejando una marca imborrable en la educación musical de Guayaquil.
Nacida el 8 de septiembre de 1933, Fresia Saavedra inició su carrera artística a la temprana edad de 5 años en programas infantiles de radio Cenit y “Buscando Estrellas” de Radio América, destacándose por su voz desde muy joven. A los 15 años, grabó su primera canción como parte del dúo “Las Porteñitas” junto a Blanca Palomeque.
A lo largo de su carrera, Saavedra colaboró con figuras icónicas de la música ecuatoriana, como Julio Jaramillo, con quien interpretó “Pobre mi Madre Querida” y el pasillo “Mi Corazón”. También compartió escenarios con artistas como Carlos Rubira Infante, Maruja Mendoza, Gonzalo Moncayo y Pepe Jaramillo. Su pasión por la música la llevó a componer 38 canciones y grabar 100 discos y 8 CDs, alcanzando reconocimiento internacional con sus giras.
Su dedicación y talento fueron reconocidos con numerosas distinciones, entre las que destacan la Medalla al Mérito Artístico otorgada por la Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil en 1984 y la condecoración Vicente Rocafuerte al Mérito Artístico, otorgada por el Congreso Nacional en 1992.
El legado de Fresia Saavedra continúa vivo a través de los cientos de estudiantes y músicos que formó y a quienes inspiró con su amor por el pasillo y la música ecuatoriana. Su contribución al patrimonio cultural de Guayaquil y del país es incalculable, y su recuerdo perdurará en las melodías y enseñanzas que dejó.
