En la era digital, las redes sociales se han convertido en una poderosa fuente de información sobre salud y nutrición. Sin embargo, esta accesibilidad instantánea ha dado lugar a una proliferación de “gurús” de la alimentación, desde celebridades hasta supuestos expertos que promueven dietas, productos y consejos sobre nutrición. Esta tendencia, si bien atractiva para muchos, plantea un peligro para la salud pública, debido a la desinformación y la falta de base científica en muchos de los contenidos.
Según un estudio reciente de Axon Marketing & Communications, en América Latina, cuatro de cada diez usuarios han sido influenciados por contenido relacionado con salud y nutrición en plataformas como Instagram y TikTok. Este fenómeno ha llevado a un creciente número de personas a adoptar dietas y comprar productos recomendados por influencers, muchas veces sin contar con formación profesional ni evidencia científica que respalde esas recomendaciones.
En este contexto, la Dra. Rosa María Albaladejo, especialista en nutrición y docente de la Maestría Oficial en Nutrición y Salud de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), advierte sobre los riesgos de consumir esta información sin un filtro adecuado. “Las redes sociales son un altavoz enorme, pero sin ningún control de calidad. La información repetitiva que se presenta como ‘verdades absolutas’ está llevando a muchas personas a automedicarse o seguir dietas sin respaldo científico, lo que supone un peligro real para la salud”, señala la experta.
En América Latina, el impacto de los influencers es particularmente fuerte. Se estima que hay más de 18 millones de influencers solo en Instagram, lo que representa aproximadamente el 3% de la población total de la región. Con un tiempo de uso diario de las redes sociales que supera las dos horas y media, y un grupo demográfico más activo siendo mujeres entre 16 y 24 años, la influencia de estos perfiles es innegable.
Aunque el contenido relacionado con entretenimiento es el más común, los temas sobre salud y nutrición se están popularizando cada vez más. Sin embargo, este tipo de contenido puede ser especialmente riesgoso, ya que la nutrición es un área compleja que no debe tratarse de manera superficial. La saturación de consejos simplistas sobre alimentación saludable puede contribuir a una percepción distorsionada de lo que es realmente beneficioso para la salud, y en algunos casos, promover hábitos peligrosos.
Uno de los principales problemas que surge de esta tendencia es la desinformación. La Dra. Albaladejo explica que la rápida circulación de contenidos nutricionales sin base científica genera confusión entre los usuarios, quienes a menudo sienten que “todo hace daño” o que solo una dieta específica es la correcta.
Este tipo de mensajes, generalmente emitidos por influencers con una amplia base de seguidores, tienden a ser rígidos y poco personalizados. “Los enfoques dietéticos restrictivos y generales que promueven muchos influencers pueden fomentar trastornos alimentarios o comportamientos obsesivos hacia la comida”, alerta la doctora. Al no considerar las necesidades individuales de cada persona, estos consejos pueden tener consecuencias graves para la salud, especialmente si se siguen sin una evaluación adecuada.
La Dra. Albaladejo subraya la importancia de que los profesionales de la salud se involucren en las plataformas digitales para ofrecer información respaldada científicamente, de manera atractiva y comprensible. “Las redes sociales son un canal efectivo para llegar a un público masivo. Los expertos deben aprovechar esta oportunidad para proporcionar contenido de calidad que eduque a la población sobre nutrición basada en evidencia”, afirma.
No obstante, la responsabilidad también recae en los usuarios. La recomendación de la experta es clara: verificar que la información provenga de profesionales acreditados. En caso de duda, es fundamental consultar con un dietista-nutricionista colegiado, ya que esto garantiza un filtro de seguridad y un respaldo ético ante prácticas cuestionables.