En un entorno marcado por la inflación, la incertidumbre laboral y el auge del emprendimiento digital, la educación financiera se ha convertido en una necesidad urgente para las nuevas generaciones. Según un informe de Deloitte, el 30% de la Generación Z y el 32% de los millennials se sienten financieramente inseguros, y más de la mitad de ambos grupos vive al día. En Ecuador, estadísticas del Global Findex revelan que solo el 11% de las personas ahorran como principal fuente de fondos de emergencia, mientras que el 42% recurre a amigos y familiares para cubrir sus necesidades.
La trampa del gasto
El Dr. Emperador Pérez, docente de Broward International University, señala que uno de los errores más comunes entre los jóvenes es no planificar adecuadamente sus finanzas personales. Esto se traduce en una falta de ahorro y en la acumulación temprana de deudas innecesarias, como tarjetas de crédito con altos intereses. “El inicio de la vida laboral es decisivo para construir una base financiera sólida”, afirma el Dr. Pérez. Sin embargo, muchos jóvenes caen en la trampa del “gastar para parecer”, influenciados por la presión social y el entorno digital.

Para evitar estos errores, el Dr. Pérez sugiere varias estrategias:
- Construir un fondo de emergencia: Es fundamental tener un colchón financiero para imprevistos.
- Crear un presupuesto realista: Este no debe ser visto como una camisa de fuerza, sino como una herramienta para vivir con libertad.
- Evitar el uso excesivo del crédito: Es vital aprender a manejar el crédito de manera responsable.
- Invertir desde temprana edad: Aunque sea un porcentaje pequeño, comenzar a invertir puede marcar la diferencia a mediano plazo.
- Capacitación continua: Mantenerse informado sobre finanzas es clave para tomar decisiones acertadas.
- Estabilidad Económica y Calidad de Vida
Uno de los grandes retos de las nuevas generaciones es alcanzar estabilidad económica sin sacrificar la calidad de vida. “Lograr estabilidad económica requiere una gestión financiera inteligente”, explica el Dr. Pérez. La regla 50/30/20 es una herramienta recomendada: 50% para necesidades básicas, 30% para diversión y 20% para ahorro e inversión. Esta estrategia permite un manejo equilibrado del dinero y reduce el estrés asociado a los gastos descontrolados.
Redes Sociales: aliadas o enemigas
Las redes sociales tienen un impacto significativo en las decisiones de consumo de los jóvenes. Influencers y publicidad constante generan presión para gastar más de lo necesario. “Si bien estas plataformas han democratizado el acceso al conocimiento financiero, también fomentan el consumismo”, comenta el Dr. Pérez. Es crucial que los jóvenes aprendan a mitigar el impacto negativo de las redes sociales y, en su lugar, las utilicen como herramientas educativas y de promoción de emprendimientos.
Un estudio de Deloitte revela que el 43% de los jóvenes latinoamericanos ha hecho compras no planeadas influenciados por redes sociales. Por ello, la educación crítica en el entorno digital es esencial para tomar decisiones informadas.

Inversiones digitales: Precaución y Educación
La explosión de las criptomonedas y las fintechs ha creado nuevas oportunidades, pero también riesgos. Cada vez más jóvenes acceden a inversiones sin comprender su funcionamiento. “Los jóvenes deben desarrollar una sólida educación financiera para entender cómo funcionan estos activos y evaluar riesgos”, advierte el Dr. Pérez. El Financial Times estima que 1 de cada 5 jóvenes ha perdido dinero en esquemas de inversión no regulados. Por lo tanto, diversificar y no invertir más de lo que se está dispuesto a perder es fundamental.
Construyendo un futuro financiero sólido
Contrario a la creencia popular, es posible construir un futuro financiero robusto incluso con ingresos variables o bajos. “Todo empieza por evitar deudas innecesarias y controlar los gastos”, enfatiza el Dr. Pérez. Según el estudio “Educación y Bienestar Financiero”, el 62% de la población no tiene una conducta de ahorro y el 53% cubre sus gastos con préstamos, lo que los hace más vulnerables ante imprevistos.
El experto sugiere comenzar con pequeñas metas mensuales que sean sostenibles en el tiempo. “Educarse financieramente y diversificar fuentes de ingresos es la base para una vida económica estable. No importa cuánto se gane hoy, sino qué decisiones se tomen con ese ingreso”, concluye el Dr. Pérez.
La libertad financiera es un objetivo alcanzable para los jóvenes si se implementan estrategias adecuadas desde el inicio de su vida laboral. La educación financiera, la planificación y el uso responsable del crédito son claves para evitar deudas y construir un futuro sólido. En un mundo donde la incertidumbre económica es la norma, tomar decisiones informadas es más crucial que nunca.